Esta es mi última noche aquí, en el exilio. Esta tarde comí mi último croissant 100% francés. Mañana vuelvo a la Villa y Corte. Del centro del mundo al otrora centro del universo.
No se porqué estos momentos se me acaban haciendo siempre agridulces... No me entendáis mal: estoy que reviento por volver a Madrid, pero dejar un sitio siempre da como cosilla...
En la maleta me llevo:
- Resultados (¡toma!), para la más que improbable tesis.
- Nuevos amigos.
- Algo de crecimiento espiritual y mucho de crecimiento físico en esa zona donde la espalda pierde su nombre... (las comidas demasiado grasientas de la France... sigh!).
- Un blag, que no se que voy a hacer ahora para llenarlo...
En fin, Pilarín, que mañana nos vemos otra vez las caras, ciudad canalla... y ahora me voy a terminar la maleta (sí, ya se, a estas horas debería estar echa, pero los insomnes insufribles somos así...). El próximo shalom, desde casica.
Y corrí... corrí hasta que mis músculos ardían y mis venas bombeaban ácido de batería, y luego... seguí corriendo.
Ewdard Norton en "El club de la lucha" (si no la habéis visto, ya estáis tardando...)