¡Squash!

De las memorias del barón Hans von Hammer, piloto alemán durante la Gran Guerra:

"Durante los años de la contienda, en diversas ocasiones me vi enfrentado al squash.

Como todos los enemigos, al principio parecía imbatible, pero con el devenir de los combates terminé por dominar su técnica aceptablemente, consiguiendo unos squashes potables y bien extendidos con una mínima dificultad.

Llegué a pensar que el squash y yo habíamos desarrollado esa camaradería entre enemigos sólo posible entre verdaderos caballeros...

Pero me equivocaba. El squash sólo estaba esperando la ocasión para desencadenar su ataque más letal sobre mí: squashes de acetona y de metanol-Carnoy (esto es, ácido acético...).

Entre la acetona que no paraba de secarse y la falta de celulasas, los squashes han sido un infierno y, encima, el acético me ha puesto un dolor de cabeza de p%&a madre..."